Nunca podemos conocer a nadie completamente. No podemos saber todo lo que es capaz de hacer, lo que es capaz de pensar, de sacrificar, despreciar o dar por alguien.
La vida es demasiado corta, no existe el tiempo suficiente para saber eso. Aún con otra vida más, o incluso otra y otra, no podríamos saberlo.
Pero aún así, hay personas en las que confío. Tal vez un día me decepcionen o me traicionen, pero prefiero ese dolor a padecer la soledad.
Las personas son impredecibles, puedo llegar a aborrecer a muchas de ellas, sin embargo, aunque algunas me mientan o me desilusionen, no puedo evitar fascinarme con aquellas que llaman mi atención, es esa impredecisión lo que hace que me acerque a ellas, nunca sé con qué me van a sorprender o quién será el que me de la mejor sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario